VOLUNTARIADO INTERNACIONAL REPÚBLICA DOMINICANA. SEMANA 4

Con el corazón lleno de gratitud y los ojos brillantes de emoción, culminamos nuestra última semana de voluntariado en República Dominicana. Fue una semana cargada de momentos significativos y despedidas emotivas.

El campamento en la escuela La Florida llegó a su fin, pero antes de partir, quisimos expresar nuestro agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible esta experiencia. Con una dinámica especial, compartimos palabras de cariño y aprecio, tanto con los niños como con los animadores y voluntarios que se convirtieron en familia durante este tiempo vivido juntos.

Las tardes libres nos brindaron la oportunidad de pasear por las coloridas calles de la ciudad, aprovechando para comprar algunos recuerdos y regalos para nuestros seres queridos.

El jueves, la suerte nos sonrió con un día mágico en la Isla Saona. Disfrutamos de sus paradisíacas playas y sus aguas cristalinas, creando recuerdos imborrables que atesoraremos por siempre.

El viernes nos dedicamos a cerrar los documentos y preparar nuestras maletas para el regreso. Las últimas horas en el país nos regalaron momentos de reflexión y gratitud por todo lo vivido y compartido con esta hermosa comunidad.

El sábado, nuestra aventura nos llevó a Santo Domingo, donde exploramos su encantadora zona colonial, empapándonos de historia y cultura dominicana.

Finalmente, el domingo, con el corazón apretado por la nostalgia y la satisfacción del deber cumplido, nos preparamos para abordar nuestro vuelo de regreso a España. Cerramos un capítulo en nuestras vidas, pero sabemos que el impacto de nuestro servicio perdurará en la vida de quienes tuvimos la dicha de conocer y servir.

Nos llevamos con nosotros no solo los recuerdos y experiencias, sino también la certeza de que el voluntariado transforma corazones y cambia vidas. Agradecemos a República Dominicana por acogernos con los brazos abiertos y prometemos seguir difundiendo el espíritu del servicio en cada paso que demos. ¡Hasta siempre, querida República Dominicana!

Con el corazón lleno de gratitud y los ojos brillantes de emoción, culminamos nuestra última semana de voluntariado. Fue una semana cargada de momentos significativos y despedidas emotivas.

El campamento en la escuela La Florida llegó a su fin, pero antes, quisimos agradecer a quienes hicieron posible esta experiencia con una dinámica especial, compartimos palabras de cariño y aprecio, tanto con los niños como con los animadores y voluntarios que se convirtieron en familia durante este tiempo vivido juntos.

Las tardes libres nos brindaron la oportunidad de pasear por las coloridas calles de la ciudad, aprovechando para comprar algunos recuerdos y regalos para nuestros seres queridos.

El jueves, la suerte nos sonrió con un día mágico en la Isla Saona. Disfrutamos de sus paradisíacas playas y sus aguas cristalinas, creando recuerdos imborrables que atesoraremos por siempre.

El viernes nos dedicamos a cerrar los documentos y preparar nuestras maletas para el regreso. Las últimas horas en el país nos regalaron momentos de reflexión y gratitud por todo lo vivido y compartido con esta hermosa comunidad.

El sábado, nuestra aventura nos llevó a Santo Domingo, donde exploramos su encantadora zona colonial, empapándonos de historia y cultura dominicana.

Finalmente, el domingo, con el corazón apretado por la nostalgia y la satisfacción del deber cumplido, nos preparamos para abordar nuestro vuelo de regreso a España. Cerramos un capítulo en nuestras vidas, pero sabemos que el impacto de nuestro servicio perdurará en la vida de quienes tuvimos la dicha de conocer y servir.

Nos llevamos con nosotros no solo los recuerdos y experiencias, sino también la certeza de que el voluntariado transforma corazones y cambia vidas. Agradecemos a República Dominicana por acogernos con los brazos abiertos y prometemos seguir difundiendo el espíritu del servicio en cada paso que demos. ¡Hasta siempre, querida República Dominicana!

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