Durante esta semana, hemos continuado nuestra labor voluntaria en la hermosa República Dominicana, llenando nuestros días de significativas experiencias. Entre las actividades destacadas, decidimos ampliar nuestros horizontes y disfrutar de un almuerzo fuera de lo común el domingo, compartiendo momentos inolvidables con nuestros hermanos dominicanos. En otro momento especial, nos sumergimos en una cena ‘española’ donde organizamos la preparación de una tortilla de patata, acompañada de embutido para picar entre risas y conversaciones animadas.
Además, tuvimos la oportunidad de reunirnos con los dedicados animadores del colegio de La Florida, quienes serán nuestros compañeros en el campamento durante los últimos quince días. Durante este encuentro, compartieron con nosotros sus intenciones y horarios, dejándonos entusiasmados y comprometidos con el proyecto.
El viernes nos sumergimos en una emotiva despedida junto a los chicos y chicas que participaron en el campamento, expresando nuestro agradecimiento con regalos y palabras de aprecio. Los recuerdos de estos jóvenes maravillosos se han grabado en lo más profundo de nuestros corazones, permaneciendo con nosotros para siempre.
Por último, durante el fin de semana, tuvimos tiempo para conocer la isla visitando los lugares de culto y sus playas paradisiacas.
Cada semana, nuestro voluntariado nos llena de gratitud y nos permite crear vínculos especiales con la gente de República Dominicana. Seguimos con entusiasmo y dedicación, sabiendo que cada acción que emprendemos tiene un impacto positivo en las vidas de quienes nos rodean.