Voluntariado Internacional – Perú – Primera Semana

Salimos del aeropuerto con muchas ganas y entusiasmo, tras casi dos días de vuelos y escalas llegamos a Cuzco sobre las 6 de la tarde hora local. Nos recibieron el conserje John Mejía y el profesor de física Carlos, que días después acabaríamos llamándole cariñosamente por su apodo “Papujito”. Nos vimos con 4 maletas grandes, 4 maletas de mano, 4 mochilas y 6 personas en un coche de 7 plazas, la aventura y la adaptación al país ya había comenzado.

Después de una hora de trayecto, paramos a por una cuerda y una tela de rafia para poder montar mejor el tetris.

Al día siguiente, fueron compasivos con nosotros, y no nos hicieron entrar al aula para trabajar, el jet lag pudo con nosotros. La directora del colegio CEBE, Hilda, nos enseñó las instalaciones y las profesoras y alumnos/as nos dieron una grata sorpresa y una calurosa bienvenida.

En nuestro segundo día en Abancay, ya nos dieron un horario de distribución: cada día uno de nosotros entraría en un aula distinta para dar apoyo a la profesora titular de ese grupo de alumnos. Cada salón (aula) tiene entre 6 y 8 alumnos, aunque la mayoría de veces faltan alumnos/as porque a menudo se enferman.

Durante estos días hemos desarrollado actividades variadas: decoración de las aulas, manualidades y cocinar ceviche por las fiestas patrias de Perú. Una de las iniciativas del centro es la creación de un huerto pensado para promover la responsabilidad, el trabajo manual de los alumnos y en un futuro sacar provecho económico vendiendo su cosecha, esta resultó ser una actividad muy grata y lúdica al salir del aula y estar en contacto con la naturaleza.

Llevados tres días de experiencia en el CEBE nos dimos cuenta de la falta de recursos humanos, con lo cual es de admirar el trabajo que realizan las maestras diariamente.
Muchos de estos niños presentan problemas conductuales y la rutina diaria se ve interrumpida constantemente.
Nuestra rutina diaria empieza a las 7:00 desayunando con la comunidad de hermanos y seguidamente bajamos caminando al colegio, donde estamos de 8:00 a 13:00. Al terminar la jornada nos esperan los hermanos para comer todos juntos y hacer un poco de sobremesa. Desde que hemos llegado hemos tenido todas las tardes ocupadas gracias a las profesoras, al director de La Salle de Abancay, el hermano Jorge, Papujito e Hilda que nos han enseñado con gusto su cultura, su gastronomía y su ciudad.

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