Visita del Hermano Enrique Escaño del hogar Akwaba

El Hogar AKWABA-Hogar De La Salle comenzó su andadura el 16 de octubre de 1999, en Abdijan (Costa de Marfil) de la mano de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.  Es un Centro que acoge a niños para reinsertarlos en sus familias y en la sociedad. Niños, muchos de ellos, maltratados, abusados, que se escapan de casa y van a vivir en la calle como destino final.

Actualmente hay  en el Hogar 48 niños de 6 a 16 años. Permanecen  4 años antes de reintegrarse en su familia o en la sociedad. Y, junto al Hogar, está la Escuela donde se educan 142 niños y niñas hasta los 12 años. Normalmente las niñas las preparan para ir al mercado y para que sean esposas y madres.  El gobierno hace esfuerzos para que los niños entre los 6 y 16 años vayan a la Escuela. Se nota la mejora pero esta mejora es muy lenta. De ahí el esfuerzo de entidades como la que representa la Escuela de Enseñanza Primaria, de 1º a 6º, con 52 niños y 48 niñas.  Los padres inicialmente son reacios a enviar a los niños pero luego valoran la labor que se hacen con ellos.

La gran preocupación de la Escuela es cómo atender adecuadamente a estos niños porque  son muchos y los maestros no están preparados para ejercer bien su labor. Es muy grande la brecha de género en las aldeas o ciudades, pero en el campo aún lo es más. Muchas de las niñas se convierten en chachas de las casas en lugar de ir a la Escuela y cuando van llegan cansadas…los profesores las regañan y ellas se desaniman y abandonan. Lo tienen muy mal.

Una de las tareas de la Escuela es mentalizar a los padres para que en las casas de distribuyan las tareas domésticas del modo más equitativo posible para que las niñas no lo hagan todo. ¿Cómo romper la situación actual para que cada miembro de la familia desempeñe su rol específico?

En la realidad del Hogar Akwaba-Hogar De La Salle, lleva 20 años comprometidos  el H. Enrique Escaño quien recomienda a la gente de PROYDE que  estemos siempre abiertos  a las necesidades ajenas de nuestro entorno porque lo que se ve en Akwaba no es lo que la gente vive realmente.  Hay que pensar que el otro puede tener una vida y pensamiento muy distintos y que hay gente que no saben o no pueden hacer otras cosas que las que hace.  Es llamativo cómo las niñas se lavan, se perfuman, se visten con sus mejores galas y se ponen guapísimas.  Es como una “pequeña trampa”. Hay que conocer qué es lo que esas niñas han hecho en casa antes de esto y lo que harán después.  Cuando las niñas  no tienen en casa esas obligaciones entonces van a la Escuela Pública.

Se pasan malos ratos y buenos. Uno se siente a veces impotente para resolver lo que ve mal. Esto te obliga a estar  conectado con Dios ya que uno se siente pobre. Junto a estos malos momentos se viven otros de signo opuesto. Por ejemplo, cuando estas criaturas sobreviven y salen adelante en medo de tantas dificultades y ofrecen su colaboración activa a sus familias y a la sociedad.

Los Hermanos están muy presentes en el hogar: a la hora de levantarse y de acostarse los  niños y a lo largo de todo el día.  Es muy significativo el valor que tiene cuando ellos te dan los buenos días o las buenas noches o te desean que Dios te bendiga..

La vida del Hogar deja huella no solo en los niños sino en los Hermanos y Colaboradores. Recuerdo muy bien el caso de un religioso, que estaba atravesando un período crítico en su proceso vocacional y que le aconsejaron pasar una temporada en el Hogar, reconoció que la vida en el Hogar le había cambiado por completo, y pudo reintegrarse felizmente en su congregación.

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