El pasado 2024, nos ha traído retos y oportunidades. Nos hemos centrado en fortalecer nuestra red de socios y explorar nuevas formas de colaboración con empresas que quieran apoyar proyectos en Asia, África o América. La llegada de proyectos a nuestra mesa no se detiene, sin embargo, en este mundo tan cambiante es necesario adaptarnos a las nuevas necesidades, sin olvidar nuestra misión: construir un mundo más justo y solidario.
También hemos dado un paso importante en la gestión interna: ahora contamos con el apoyo de una empresa que se encarga de los asuntos informáticos. Esto nos permite centrarnos en lo que realmente importa, mientras ellos se ocupan de supervisar los aparatos y programas.
Nada de esto sería posible sin el corazón de PROYDE: las personas que, desde las delegaciones territoriales, locales y la sede, dedican su tiempo y energía a organizar actividades y apoyarnos. Es gracias a ellas que podemos ayudar a transformar la realidad de quienes menos tienen, permitiéndoles abrir nuevas puertas. Me gusta pensar que todo esto demuestra que tenemos en común el sueño de que el mundo funcione como una gran familia.
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