¿Merece la pena?

Pagar sus impuestos. Querer siempre a los hijos. Incluso cuando ha salido uno distinto de lo que se quería. Compartir y hablar entre amigos. Ir de vacaciones en familia. Hacerse socio y pagar una cuota en una asociación. Envejecer confiando en los jóvenes. Perdonar a alguien que nos ha ofendido. Leer una novela o ver un espectáculo. Saber estar en soledad durante algunos momentos. Tener cuidado con las noticias de la prensa para que no me entreguen a una visión distorsionada y muy parcial de la realidad. Creer en otra vida sin que parezca un sueño imposible. Luchar por la justicia y por la equidad. Estar convencido de que la pobreza no es una fatalidad.

A veces conviene preguntarse si merece la pena vivir así porque no es tan evidente. Supone un amor que se esfuerza. Es con frecuencia una cuestión de voluntad, dinero, tiempo y fidelidad. Los sentimientos positivos cuestan.

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