Javier Botrán, misionero y educador

Javier Botrán, es un hermano de La Salle, segoviano de nacimiento y granadino de adopción, no en vano ha pasado en la ciudad andaluza  muchos años, en el Instituto Albayzin como profesor de Lengua y Literatura, jefe de estudios y director,   hasta que un buen día dio un salto a Perú en el año 1.999, en un proyecto de verano y luego volvió a saltar el charco pero como una opción de vida tras su jubilación docente. Y allí sigue, por lo que ya se le pueda añadir el título de peruano de adopción. No solamente es experto en lengua y literatura sino también en psicología además de ser un consumado artista con algunas obras maestras con muestras muy reconocidas en la selva peruana como la llamada “La Capilla Sixtina amazónica” con unos frescos impresionantes.

De su vida en Perú ha aprendido a no depender tanto de la tecnología, a abrirse más a la realidad, a tener una visión más comprensiva de lo que le sucede y a darle otro ritmo a la vida, más tranquilo y gratuito. De Perú en sí, ha conocido su paradigma social, político y sobre todo, educativo.

Javier trabaja actualmente  en la Escuela de Educación Superior Pedagógica  en un programa para formar a 30 docentes en activo durante 5 años, en los meses de enero y febrero, que es el período no lectivo allí. La principal motivación de muchos de estos docentes para hacer esta formación, es la búsqueda de una estabilidad económica, pues el sistema de contratación allí, es diferente al nuestro y sus contratos son por curso, de marzo a diciembre, entonces el contar con esta formación supone un caché para poder ser contratados. Este, es un programa bilingüe en castellano y en el idioma de su comunidad (quechua, aimara, etc.) cuyo objetivo es que al finalizar la formación, regresen a sus lugares de origen para trabajar y de alguna forma procurar que los docentes bien preparados puedan llegar a todos los lugares.

Los miércoles por la tarde, es voluntario en un Centro Terapéutico para personas drogodependientes, organizado por una parroquia. Los domingos acude a una comunidad, donde previamente había estado con PROYDE, a una celebración de la palabra con comunión.

Javier es muy consciente de la verdad del lema de que “Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas en muchos lugares pequeños pueden transformar el mundo” como muestra la siguiente historia.

Saúl Eulen

Saúl es un muchacho que llegó a la secundaria sin saber leer. Venía de una familia humilde de 3 hermanos cuya madre les abandonó y su padre, que además está enfermo, quedó a cargo de todo. El padre se puso en contacto con el Hno. Javier para ver si podía enseñarle a leer y durante una temporada estuvieron quedando los sábados de 9 a 11 para lograr esta meta. Ahora, Saúl está ya en segundo de secundaria y le está yendo bastante bien. También está empezando a pensar en el futuro y junto al Hno Javier y otros docentes, están empezando a pensar qué camino de estudios deberá tomar. Desde muy joven ha tenido que vivir dificultades por falta de recursos y eso ha hecho que una de sus grandes motivaciones para estudiar sea poner fin a la mala situación familiar.

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