Comercio Justo en Profundidad

A día de hoy, se sabe que los socios colaboradores de PROYDE y a los que les llega este Boletín cada cierto tiempo, están sensibilizados con el Consumo Responsable y siguen apostando día a día por los productos de comercio justo. 

En esta ocasión, quiero profundizar no solo en las líneas de actuación que tiene el movimiento de Comercio Justo a nivel internacional sino también, cómo desde el departamento, trabajamos día a día para alcanzar los objetivos y con ello convertir a la asociación en un referente dentro del movimiento español, creando conciencia principalmente en el ámbito educativo. 

 

El movimiento internacional entiende que para que el comercio justo sea una alternativa real al comercio tradicional deben trabajarse tres líneas de acción, siendo todas igual de importantes.

Por un lado contamos con la comercialización, en donde se incluyen las personas, los productos, las importadoras, las tiendas y los consumidores que participan en la cadena de suministro del comercio justo. En PROYDE en concreto, contamos con la tienda física en Marqués de Mondejar a la que puede acceder cualquier persona que así lo desee. También, está la tienda online, donde se encuentra el mayor flujo económico de comercialización, distribuyendo a toda la península e incluso a las islas, consiguiendo así que cada día colegios de la Salle y personas sensibilizadas con la causa puedan conseguir sus productos de forma accesible y segura. 

 

Otra de las líneas de acción es la movilización social, la difusión. Las campañas de sensibilización constituyen una parte esencial de las actividades que lleva a cabo el movimiento. Desde PROYDE, destaca a nivel nacional el trabajo que hacemos en el proyecto de Centros Educativos por el Comercio Justo, actualmente contamos con 47 centros educativos acreditados en toda España. Además, se lleva a cabo un trabajo de sensibilización en colaboración con el departamento de Educación para la Transformación Social, por todos los colegios de La Salle en España.

 

Como última línea de acción por nombrar, está la Incidencia Política, campañas de concienciación dirigidas tanto a denunciar las políticas económicas que apuntalan los derechos de las multinacionales por delante de las personas y del medioambiente, como a promover iniciativas concretas hacia un mundo más justo y solidario. Desde PROYDE, apostamos por el trabajo arduo que hace la  Coordinadora Estatal de Comercio Justo, por eso participamos activamente en las comisiones específicas para promover el comercio justo en el día mundial del Comercio Justo o nos reunimos con algunos partidos políticos para darles razones para impulsarlo dentro de las instituciones públicas. 

 

Si bien es cierto que quizás para una sola persona es difícil, o prácticamente imposible, trabajar las tres líneas de actuación, ya que se necesita de otros u organizaciones como PROYDE para trabajarlas; siempre se puede poner el granito de arena fomentando el consumo responsable con los más allegados y apostar por introducir al menos un producto de Comercio Justo en nuestras vidas, o incluso en fechas tan señaladas como la Navidad, regalar productos de este tipo haciendo así un regalo más ético, original y de mayor calidad.

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COMERCIO JUSTO Y CONSUMO RESPONSABLE

Este departamento surgió en PROYDE desde el deseo de que hubiera más justicia y más equidad para los pequeños productores de otros países. Ese deseo se traduce en mejores condiciones comerciales y contribuye a favorecer los derechos de las personas trabajadoras. Esto es visible con el café, el chocolate, té, galletas, azúcar de caña, zumos, artesanía… La justicia es un valor para PROYDE. También el Consumo Responsable. Cada vez hay más variedad de productos de alimentación, cosmética, textil, juguetería, librería, etc.

Hasta hace pocos años resultaba costoso incorporarlos a las compras cotidianas. Ahora nos encontramos con otra realidad: algunos supermercados han empezado a vender productos de comercio justo. Se han dado cuenta de que hay clientes que piensan en el planeta. Es el primer paso hacia el consumo responsable.

Es cierto que los productos del Comercio Justo son algo más caros. Pero la pregunta que conviene hacerse es ¿por qué los productos convencionales son más baratos?

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Testimonio- Edith Touvi

Edith Touvi es togolesa, fue profesora de español en el Colegio La Salle-San Agustín. Actualmente ejerce como docente de esa especialidad en la Universidad de Lomé (Togo). Doctora en Lengua Española y antigua alumna de los Hermanos en su país natal.  Recientemente ha participado en el encuentro internacional de mujeres lasalianas en Roma (2023). Tuvo la gentileza de visitarnos en la sede de PROYDE y dejarnos este mensaje:

  • Recuerdo que en el colegio lasaliano me impresionó  el modo de enseñar de los profesores y cómo estos trataban a los alumnos. Eran para nosotros nuestros padres.
  • Del reciente encuentro internacional de mujeres  lasalianas en Roma pone de relieve la gran responsabilidad que tiene la mujer en la misión lasaliana actual. La mujer está llamada a tocar el corazón de todos los destinatarios de la misión en un mundo machista.
  • Gracias a PROYDE muchos alumnos pueden tener acceso a la educación y con ello siguen adelante en la vida porque la misión lasaliana es ayudar a los más vulnerables. Esta es la principal prioridad de PROYDE: “abrir las puertas de la educación a las personas empobrecidas”.

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Empoderamiento económico y político de mujeres campesinas, en la Zona Reina, Guatemala

El proyecto tiene como principal objetivo fortalecer el papel de las mujeres indígenas y reducir la desigualdad de género en seis comunidades de la Zona Reina, municipio de Uspantán, Quiché. Se pretende trabajar en diferentes ámbitos como su autonomía económica a través de iniciativas productivas (huertos familiares, viveros etc.) desde el enfoque de agroecología y economía solidaria. Asimismo, se trabajará la prevención de la violencia sensibilizando e informando a la población. En estos dos ámbitos se formará a mujeres como promotoras, que socializarán sus conocimientos y habilidades con otras mujeres de sus comunidades.
El proyecto promueve la realización de actividades con titulares de responsabilidad y obligaciones con el propósito de promover la seguridad alimentaria y prevenir la violencia de género. También favorece el intercambio de experiencias y buenas prácticas sobre dichos temas con actores locales y organizaciones. Beneficiará a 180 mujeres y 50 hombres (230 personas). Se ejecutará en 12 meses.

Las titulares de derechos provienen de las 6 comunidades rurales seleccionadas para este proyecto en Zona Reina: San Pablo Nápoles, Bañadero, Santa Ana, Campamac, Santo Cristo Buena Vista y Caserío San Pedro Lote 8. Las mujeres de estas comunidades generalmente viven en situación de pobreza, con ingresos inferiores al salario mínimo, debido a que se dedican a la agricultura de subsistencia. Se les dará prioridad a hogares donde se identifiquen condiciones de inseguridad alimentaria, y/o existan niños y niñas con desnutrición. Se tomarán en cuenta a familias numerosas y madres solteras. Son hogares que normalmente no tienen acceso a la tierra y a créditos, sin embargo, se espera que las mujeres tengan conocimiento básico en labores agrícolas y tengan un espacio de tierra a para poder iniciar con una parcela agroecológica. También deberán mostrar compromiso con el proyecto a través de la realización de las diferentes actividades. Asimismo, se priorizarán a mujeres que tengan un historial de violencia.

Las mujeres serán las protagonistas de las diferentes acciones de proyecto en la fase de ejecución. Un grupo de mujeres se formarán como promotoras agroecológicas y de prevención de la violencia de género quienes, además de formarse e impulsar sus propias iniciativas, tendrán a su cargo en realizar réplicas dentro de sus mismas comunidades para poder llegar a más mujeres y contribuir a que el proyecto pueda cumplir con el nivel de impacto social con calidad y pertinencia. Tendrán una participación activa en las diferentes actividades en donde se promoverá los espacios de intercambio entre mujeres para compartir sus distintas opiniones, experiencias, trayectorias en lo que es agroecología y la prevención de la violencia de género.
Se establecerá un comité de gestión de proyecto para realizar una evaluación interna para escuchar su opinión, lecciones aprendidas, avances del proyecto, en otras palabras para conocer la situación de las mujeres de forma general.

Al final del plazo de la ejecución del proyecto se espera que las 150 mujeres de 6 comunidades de la Zona Reina, Quiché que han participado hayan mejorado la disponibilidad de alimentos a través de la implementación de una iniciativa agroecológica vinculada a prácticas ancestrales.


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Mujeres indígenas protagonistas de su empoderamiento económico en Zona Reina, Guatemala

Este proyecto de 12 meses contribuirá al empoderamiento económico de las mujeres indígenas q’eqchís, ejecutando iniciativas productivas agroecológicas, con enfoques de economía social solidaria y soberanía alimentaria. También contribuirá al cambio de actitudes y prácticas, que fomentan la violencia contra las mujeres, ejecutando acciones de formación y sensibilización para la prevención de la violencia de género. Beneficiará a 230 personas, 190 mujeres y 40 hombres.

En Guatemala, la poca presencia y cobertura del Estado en las comunidades del área rural, donde el 51% de población lo constituyen las mujeres, provoca la vulneración de los derechos humanos fundamentales de los grupos vulnerables, como los pueblos indígenas, la niñez, las mujeres y las personas adultas mayores. Además, dicho sistema impone modelos de masculinidad que tienden a reproducir la opresión y discriminación en contra de las mujeres, limitándoles su desarrollo integral.

Una forma de opresión contra las mujeres, impulsado por el machismo, es la violencia en contra de ellas, cuyo aumento se debe, entre otras cosas, a la falta de recursos económicos para poder separarse de su agresor, el desconocimiento de los recursos legales como las rutas de denuncia, e incluso, el desconocimiento de ser víctimas de violencia de género.


En PRODESSA creen que es trascendental que las mujeres tengan el mismo acceso a recursos productivos y económicos que los hombres, para lograr su empoderamiento y su desarrollo integral. Por ello, buscan fortalecer la autonomía económica de las mujeres en tanto titulares de derechos, a través de fomentar su participación en actividades productivas agroecológicas que permitan tanto mejorar la disponibilidad de alimentos saludables para sus familias, como aumentar sus ingresos monetarios a través de la venta de excedentes. Este componente productivo está orientado hacia la consecución de la soberanía alimentaria, a través de la producción de especies nativas mediante prácticas que no dañan el medioambiente, además de propiciar el consumo consciente y responsable por parte de la población.

Para disminuir la violencia contra las mujeres, es necesario, además de empoderarlas económicamente, poner en marcha medidas encaminadas a su participación en espacios comunitarios y familiares de toma de decisiones, contribuyendo a la transformación de las relaciones de poder dentro de las familias y comunidades y al conocimiento de su derecho a una vida libre de violencia.

Estas acciones tendrán un mayor impacto si, en estas acciones se toman en cuenta a los hombres, por ello, se propone la formación de jóvenes hombres, para que, desde una edad temprana, puedan cambiar su ideario de una masculinidad tradicional y la violencia de género como mecanismo para las relaciones de poder, y fomentar en ellos y en los hombres de las comunidades nuevas masculinidades que promuevan la igualdad entre los géneros.

ActividadeS

  • Se realizarán 2 talleres anuales de seguimiento y evaluación del proyecto.
  • Jornadas de formación en producción agroecológica para 25 promotoras, dentro de la Escuela de Agroecología.
  • Las 25 mujeres que han recibido la formación (promotoras), explicarán a otras 5 mujeres lo aprendido, haciendo una parcela agroecológica.
  • Talleres de formación, para mujeres jóvenes, en prevención de la violencia de género.
  • Talleres de formación, para hombres jóvenes, en nuevas masculinidades para la prevención de la violencia de género.
  • Diálogos intergeneracionales para la prevención de violencia.

Con la financiación de:

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Educación Primaria de Calidad y Equidad de Género en la Escuela de Tambingue

La Escuela católica de Tambingue pertenece a la Red de Escuelas de la Diócesis de Dapaong en la región de Las Sabanas. Tambingue es un pueblo ubicado en la periferia de Tandjouaré, a unos diez kilómetros de Bogou, en el eje Tandjouaré-Yembour en la Región de las Sabanas (extremo norte de Togo). Se trata de una población sin más recursos que la tierra, habitado principalmente por campesinos Moba. La escuela ha permanecido durante años en unas condiciones muy precarias, con aulas de caña, mobiliario muy defectuoso, sin servicios sanitarios…

El proyecto ha consistido en la dotación de una serie de infraestructuras escolares, para así paliar la muy deficiente situación de esta escuela, una de las más pobres y necesitadas de la red. 

Concretamente:
– Las aulas se encontraban en unas condiciones muy deficientes. Se ha adquirido todo el mobiliario escolar adecuado, para equipar las clases y poder impartir una educación de calidad.
– Se ha llevado a cabo la construcción de 2 bloques de letrinas de 8 cabinas, mejorando ostensiblemente las condiciones higiénicas y de salud en la escuela, especialmente en el caso de las chicas.
– Asimismo, se ha construido un pozo en la escuela, proporcionando agua corriente potable a todo el alumnado y, además, suministrando agua a la propia aldea rural de Tambingue.
– Además, para paliar el problema de la escolarización y el abandono en la zona, especialmente en el caso de las niñas, el proyecto se han realizado 4 sesiones de sensibilización con toda la comunidad educativa, docentes y familias, para concienciar y sensibilizar acerca de la equidad de género y la importancia de la escolarización.
Todo el alumnado en edad de escolarización, docentes, y padres de familia de Tambingue han sido beneficiados con este proyecto. Un total de 156 beneficiarios.

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Un aprendizaje constante

Mercedes fue parte del grupo de voluntariado de  Muhanga (Ruanda) y esta fue su experiencia: “Era la primera vez que me acercaba a un país africano, aunque a su gente ya la conocía. Soy profesora de español de jóvenes migrantes africanos. Me hacía ilusión conocer más su cultura, sus costumbres, su modo de vida para comprenderlos más y poder aportar “mi granito de arena”.

He estado con las Hnas. Guadalupanas, que me han enseñado la hospitalidad de este hermoso “país de las mil colinas” y sus gentes. Nuestro proyecto consistía en iniciar en el español a las Hermanas, novicias y postulantes y trabajar con los niños del colegio con juegos, manualidades, etc.

He tomado mayor conciencia del valor del agua, del papel de la mujer como motor de la familia y sociedad, del valor y sitio especial que dan a los mayores, que son personas muy trabajadoras, sufridas y alegres. También he disfrutado de la Familia internacional lasaliana y su espiritualidad, gracias a las Hermanas.”

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Convivencia con la comunidad de Hermanos de la Residencia de San José

El Hno. Rufino nos cuenta cómo fue la experiencia: “Todavía con el recuerdo muy reciente de lo vivido durante este verano en Guatemala, solo tengo palabras de agradecimiento para todas las personas con las que convivimos.

No quisiera olvidar a nadie, pero hago mención especial a la comunidad de Hnos. de la Residencia San José, con quienes convivimos en Ciudad de Guatemala. Principalmente en las sobremesas, nos mostraron címo es el día a día para muchos de sus compatriotas, y más en tiempos convulsos a nivel político y social, como los que acontecen en la actualidad.

Gracias también a la comunidad de La Antigua, que hicieron de cicerones de lujo para nosotros durante dos fines de semana. Al hermano Brickston, a quien ya conocía y volví a encontrarme en esta comunidad, haciendo un curso de español.

Y por último, cómo no agradecer al hermano Francisco Dionisio, que nos enseñó la labor de PRODESSA, ONG lasaliana que trabaja con comunidades empobrecidas, especialmente población Maya y mujeres, apoyando procesos de desarrollo comunitario y educación, para contribuir a la construcción de una sociedad equitativa y justa.”




Inmersión en la cultura Bribri

Durante el verano del 2023, Jesús, Natàlia y Abril vivimos una experiencia de voluntariado con los Hermanos de la Salle que viven en Amubri, Costa Rica.

Nuestra estancia fue de un mes y pudimos colaborar con varias tareas. Entre ellas, participar activamente en diferentes actividades y dinámicas dentro de la comunidad (venta de ropa en la iglesia, arbitrar partidos de fútbol, abanico de comer, bingo…). Además, también fuimos a la comunidad de Namu Wökir, concretamente a su escuela. A lo largo de este tiempo, aprendimos cómo es vivir dentro de la cultura Bribri, cuáles son sus costumbres, idioma, tradiciones… Es una cultura que vive inmersa en la selva y todo en su día a día está relacionado y condicionado por la naturaleza.

Al principio nuestro rol era más pasivo, puesto que queríamos aprender primero cómo nos teníamos que comportar, qué hacer… y al poco tiempo empezamos a participar activamente durante el día a día, tanto en la comunidad de Namu Wökir como Amubri.

La relación con la comunidad fue excepcional y muy próxima. En todo momento nos sentimos incluidos y parte del pueblo.

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Vivir en comunidad en Homa Bay

Viajar es conocer, es el beneficio de poder llegar a comprender el por qué de una sociedad. Adentrarse en la vida oeste de Kenya fue gracias al trato con hermanos, conductores, profesores, cocineros y demás staff del cole. Cómo unas vidas tan sencillas cargan con tanta energía e ilusión, eres testigo de que lo material no es imprescindible y que gana el amor y la gentileza. Nos abrieron sus puertas y su ayuda incesante nos hizo sentir como en casa, nuestro agradecimiento a ellos siempre será infinito. 

Percibimos cierta idealización hacia el mundo occidental en general, el enorme interés por conocernos o el dar por hecho que éramos ricas por ser europeas, por eso tuvimos que clarificar la diferencia entre lo que les venden de Europa y lo que realmente es. Al mismo tiempo, fue muy bonito compartir nuestras costumbres y hábitos con aquellos que estaban completamente dispuestos a escuchar. 

Haciendo balance de toda la experiencia, nuestro mayor aprendizaje fue vivir en comunidad y darnos cuenta de que la vida individualista es una vida de lo más pobre.