Fin del voluntariado en Nuestra Señora de la Estrella, Guatemala

Recordar es vivir dos veces 

Ya estamos de vuelta. Cinco semanas después finaliza nuestra experiencia de voluntariado en Guatemala y sólo podemos decir GRACIAS. 

GRACIAS por la acogida de los hermanos de la Salle de la Casa de Formación San José, GRACIAS por el inmenso cariño de todos y cada uno de los niños de los colegios de Tierra Nueva y Nuestra Señora de la Estrella, GRACIAS a sus profesores por su entrega, y GRACIAS a PROYDE por regalarnos la experiencia más impactante de nuestras vidas.

En estas semanas hemos conocido cómo trabajan en ambos colegios, su capacidad para aplicar la imaginación y la creatividad en la docencia y brindar a los alumnos una oportunidad de aprendizaje de calidad. Lo pudimos comprobar día tras días, colándonos en sus clases, colaborando con el personal docente, organizado talleres de formación para padres y alumnos y participando en actividades tan extraordinarias, como la feria de matemáticas en la que los alumnos de tercero de básico de Nuestra Señora de la Estrella, ejercieron de profesores de todo el colegio. 



El deseo por aprender de estos pequeños es una demostración palpable de que una buena enseñanza no se basa en herramientas tecnológicas de última generación sino en implicar al alumno de forma activa en su propio proceso de aprendizaje.

En un país lleno de desigualdades económicas y sociales, donde la educación pública masificada, expulsa a los más vulnerables del sistema, experiencias como la de los colegios de Tierra Nueva y Nuestra Señora de la Estrella abren cada año una puerta a la esperanza a cientos de niños de zonas con altos índices de violencia y desprotección. Ambos centros son un oasis de tranquilidad, escucha atenta y comprensión, y una garantía de calidad formativa.  

Han sido días de vaivenes emocionales, un terremoto de sentimientos que se queda para siempre en nuestros corazones. GRACIAS por tanto.