Fin del voluntariado con las Hnas. Guadalupanas (Ruanda)

Pero qué bienafortunados somos…porque es afortunado/a aquel o aquella que tiene la suerte de encontrar felicidad en lo sencillo, en una sonrisa, en la gratitud, en la  bondad y en el trato cercano con las personas con las que convive. Y esa es la realidad de Alex, Hermano Santi y Cati. 

Quince días más, los últimos, de un total de treinta, instalados en Ruanda, disfrutando de un proyecto de voluntariado internacional con las Hermanas  Guadalupanas de La Salle ¿Cómo podríamos resumir en unas breves líneas lo trabajado, experimentado y vivido durante esta segunda mitad del mes? Difícil tarea, ya que la magnitud de la realidad  del día a día es tal, que ser breve es dejar atrás muchos matices importantes. 

Siguiendo la tónica marcada desde nuestra llegada, el quehacer diario comienza a las 5:30 de la mañana. Desde el alba y hasta el ocaso, comenzando con la oración de las 6:00, es un no parar  entre compartir las tareas domésticas de limpieza y cocina, así como preparar y  desarrollar las actividades que trabajaremos a lo largo del día tanto con los niños  como con las Hermanas. Álex y Cati, durante las mañanas, hemos atendido a una media de 120 niños/as con  edades comprendidas desde el año y medio hasta los 15 años. Al mismo tiempo, el  Hno. Santi se dedica a instruir a las hermanas en diversos conceptos y ejercicios prácticos que les puedan servir en la tarea docente de los niños de la escuela. Juegos educativos, canciones, colorear, manualidades varias, ejercicios sencillos de  inglés, entre otras actividades, ha sido la batería de recursos didácticos que ha  configurado la sesión diaria de aprendizaje y entretenimiento con el alumnado del  centro. Igualmente, con doble sesión diaria, mañana y tarde, entre los tres voluntarios, ha  sido bastante amplia la diversidad de tareas desarrolladas con las religiosas. A destacar, manualidades en papel, en tela, canciones, sopas de letras, adivinanzas,  estudio de verbos, curso de primeros auxilios, cultura general tanto africana como española y recetario de cocina, entre otras. En todo momento, con estas últimas, las hermanas, el principal objetivo que ha  llevado aparejado cada actividad ha sido el aprendizaje de la lengua española, aunque  también se ha procurado que conocieran dinámicas/metodologías nuevas a aplicar en  el aula con el alumnado.


Diariamente, con el rezo de laudes a las 6:00 de la mañana y vísperas a las 18:00 horas, hemos compartido momentos importantes de oración en la capilla. Principalmente, a través de la declamación del rosario, adoración al Altísimo y  eucaristía los martes, jueves, viernes y domingo en diferentes lenguas…francés,  kinyarwanda e inglés. Incluso nos agasajó con una visita a la casa de las Hermanas, el Sr. Obispo, Monseñor Baltasar, celebrando Eucaristía, posterior cena y entretenimiento con nosotras y las hermanas. Aprovechamos la ocasión, además, para despedir a la Hermana Gudule, de origen malgache, a quien envían a Burkina Faso. Destacamos su actitud optimista ante este compromiso y la sonrisa, bailes y cantos que acompañaron su  despedida, tras cerca de 6 años de misión en este país. 

Llegado el fin de semana, cada sábado, nos han regalado un paseo por la geografía  ruandesa, teniendo así la oportunidad de conocer más de cerca la riqueza cultural y  paisajística del país. Eso sí, aprovechando para visitar a las comunidades de  hermanos de La Salle instaladas en estas tierras. Concretamente, en esta segunda mitad del mes, hemos tenido la oportunidad de  conocer de cerca y compartir un rato distendido de convivencia, con la Comunidad  de Hermanos de La Salle ubicada en Rukomo, noreste del país, y la Comunidad de Kigali, la capital, concretamente situada en el distrito de Gahanga. 

Pero claro, hay una parcela que aún no se ha resaltado; la convivencial. Qué suerte, lujo más bien, hemos tenido al disponer de 24 horas diarias de exquisito  trato y armonía, durante más de 30 días, con la Comunidad de Hermanas Guadalupanas de La Salle. Las tertulias en todas las comidas y descansos, momentos de juego, de compartir  bailes tradicionales ruandeses y españoles, curiosidades e inquietudes múltiples,  risas, complicidad, confianza, cariño, admiración, respeto, … son los “extras” que la  familiaridad diaria nos ha dado la oportunidad de disfrutar. Cada día ha primado todo tipo de gestos y detalles para que nuestra estancia fuese  lo más agradable y entrañable posible. Y así nos hemos sentido en todo momento. Incluso, el día 25 de Julio, Día de Santiago Apóstol, sorprendieron y felicitaron al  Hno. Santi con una mención especial en la misa celebrada esa mañana,  así como con un canto y ramo de flores en el desayuno. 


Como pre-finalización de nuestra estancia y asistencia del alumnado al centro,  celebramos una exposición con los trabajos realizados por las hermanas y los chicos y chicas participantes. Los primeros espectadores, el profesorado de la escuela,  disfrutaron y apreciaron muchísimo las explicaciones ofrecidas por las religiosas, en  las que quedó constancia el resultado de las sesiones trabajadas en clase.

Metidos ya en el último fin de semana, asistimos a la Catedral, participando de la  Eucaristía celebrada en esa misma mañana. Intensísimo y emocionalmente, fue el último domingo compartido con todas las hermanas. En el desayuno, con flores, velas encendidas y cánticos sorprendieron y felicitaron a  Cati por su cumpleaños, un momento emotivo e inolvidable. A mediodía, después de disfrutar de una buena comida, nos regalaron unas palabras  cargadas de cariño, obsequios múltiples, entrega de diplomas y canciones con sus  correspondientes danzas africanas. 

Días complejos, estos últimos… se nos termina la estancia y queremos aprovechar hasta el último segundo para seguir impregnándonos de su bondad, simpatía, alegría,  humildad y generosidad. 

Como fin “de fiesta”, cerramos la jornada del lunes con diversas actividades organizadas para los niños. Bailes, gymcana, juegos con globos, caramelos…y, sobre todo, inmensas muestras de cariño que sellan el enorme afecto que hemos  compartido. Como dice la canción, más o menos, tanto con los niños como con las Hermanas, nos han robado el corazón… ellos se quedan y nosotros nos marchamos… nos vamos llenos  de AMOR fraterno… esperamos que algo de nosotros también haya calado en su  corazón. 

¡¡¡QUÉ VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES… POR SIEMPRE!!!