Entrevista al Hermano Rufino
Hoy queremos compartir con vosotros una entrevista que la Red de Voluntariado Lasallista del distrito de Centro América-Panamá ha hecho al Hermano Rufino, que fue el delegado de PROYDE Noroeste durante muchos años.
- Cuéntenos un poco sobre usted
Nací en Palencia de Castilla y León, España. Soy Hermano de La Salle, del Distrito ARLEP y me he incorporado al Distrito Centroamérica–Panamá por invitación del Hno. Francisco López y luego por el Hno. Manuel Orozco. Mi disposición es plena porque dispongo del tiempo de la jubilación y lo dedico a lo que me gusta: estar con los más desfavorecidos y estar en las realidades donde uno puede seguir aprendiendo. Voy descubriendo mi vocación cada año y cada día. El voluntariado me ha ayudado a encontrar sentido a mi vocación de Hermano de La Salle dedicado a la educación. Ese virus que penetró en mí el virus de la solidaridad.
- ¿Cómo descubrió el voluntariado y qué le motivó a involucrarse en él?
Lo descubrí siendo Hermano, acompañando a alumnos a visitar familias, a llevar alimentos y acompañando a jóvenes. Fue ahí donde surgió el deseo de vivir la experiencia del voluntariado en otros lugares. Un Hermano encargado de la pastoral me sugirió ir a África, a Guinea Ecuatorial. La experiencia fue en zonas del interior, dentro de la selva africana. Fue muy difícil porque padecí paludismo, pero la enfermedad no fue un impedimento para continuar con el servicio.
- ¿En qué proyectos o causas ha participado?
Hice voluntariado en Nicaragua del 2012 al 2018. Todos los veranos, en el mes de julio, participé con PROYDE en una experiencia con el vicariato para fortalecer el acercamiento con las personas, visitar escuelas y acompañar a maestros. Para llegar a las escuelas, debíamos caminar o ir en mula durante 4 o 5 horas. Y pensé, ¡realmente esto deben vivir los voluntarios para comprender la realidad de los niños y maestros! También fui coordinador de PROYDE y delegado de 13 colegios, donde me encargué de coordinar a las personas y formar a quienes deseaban ser voluntarios. Mi intención siempre ha sido animar a otros a vivir la experiencia. En 2019 fui a la India a colegios La Salle donde participé en acciones puntuales, como pintar colegios. He estado en Guatemala, en Tierra Nueva, Nuestra Señora de La Estrella y actualmente en San Juan La Laguna.
4. ¿En qué acciones se ha vinculado?
En Nicaragua, al inicio los voluntarios colaboraban como monaguillos o en la animación de catequesis. Sin embargo, también aprovechábamos los encuentros mensuales en la comunidad para formar a los maestros en resolución de conflictos, higiene, alimentación y salud. Además, impartíamos talleres de canciones, animación a la lectura y dibujo, en los que los maestros permanecían alrededor de dos horas. El impacto se multiplicaba cuando los 90 maestros replicaban las enseñanzas en las ocho escuelas. Para conocer la realidad que enfrentaban, solicitamos visitar las escuelas, y al tercer año, realizamos una evaluación diagnóstica para dar seguimiento a las prácticas implementadas.
- ¿Cuál ha sido la experiencia más significativa?
Tengo muchas experiencias en Nicaragua, pero considero que enfermarme de paludismo en África, aún estando vacunado, me hizo valorar la salud. En esos momentos, hay que tener confianza, paciencia y cuidarse, pero también pensar en los demás. Otra experiencia significativa es el cariño que uno recibe. Desconocidos acogen a los voluntarios como si fueran amigos de toda la vida.
- ¿Cómo es el proceso de inducción al voluntariado?
Procuramos informar a los padres de familia, ya que los voluntarios son jóvenes de 20 años que están iniciando la universidad. Tienen tres encuentros presenciales de formación antes de ser enviados. No ofrecemos proyectos “a la carta”, sino que realizamos un proceso de selección de lugares para los voluntarios. No se busca la comodidad, sino que vivan experiencias diferentes a su realidad. Profesores, Hermanos o antiguos alumnos participan en grupos de menos de cinco personas.
- ¿De qué manera la Misión Educativa Lasallista incide en el voluntariado?
PROYDE, como ONG, es una vertiente solidaria muy presente en los colegios. Se realizan campañas para que los estudiantes conozcan los proyectos y colaboren económicamente. El voluntariado comienza desde los más pequeños con dos programas: el Plan de Acercamiento a la Realidad (PAR) y el Plan de Acción Social (PAS). El PAR acerca a los niños a realidades sociales como asilos, comedores o Cáritas. En preprimaria, estas realidades se presentan en el colegio. En el PAS, los alumnos mayores ya conocen la realidad y les toca salir. Dedican entre una y una hora y media a acompañar a quienes lo necesitan, reforzando la lectura y escritura o acompañando a personas mayores y en situación de calle. Cuando los jóvenes llegan a la universidad, algunos deciden seguir siendo voluntarios, lo que da paso al voluntariado internacional.
8. ¿Tienen voluntarios con diferentes duraciones?
Sí, hay diferentes duraciones. Algunas familias han deseado vivir la experiencia. En bachillerato, el voluntariado se realiza dentro del país y suele ser breve, pero es un espacio de sensibilización con posible vinculación a Cáritas. La Salle fomenta la solidaridad desde pequeños.
9. ¿Qué diferencia hay entre un voluntario lasallista y un voluntario de otra organización o proyectos?
He sido voluntario en Cáritas, donde la mayoría son adultos. En La Salle, en cambio, se cuenta con estudiantes, lo que permite sembrar la semilla del voluntariado desde la juventud.
- ¿Qué características debe tener un voluntario lasallista?
Debe ser una persona con mente abierta, capaz de vivir la experiencia en grupo y de adaptarse a la realidad. Debe tener capacidad de escucha y sensibilidad ante las necesidades de los demás.
11. ¿El Voluntario Lasallista debe tener una vida practicante en su fe?
Al inicio de mi experiencia, los que nos ofrecíamos a ser voluntarios eran mayormente Hermanos y, por lo tanto, se veía como promoción para evangelizar. Pero ahora, debemos ser más abiertos. Cuando se admiten voluntarios es bueno realizar estas preguntas: ¿Cómo vives la fe? ¿Cómo te sentirías en un grupo en donde se te propone rezar? ¿Vivirás en una comunidad de Hermanos o Hermanas que te van a acoger? Respetando las respuestas y no imponer. De hecho, nos sucede que desde un inicio expresan no ser creyentes, pero no podemos ser drásticos y no aceptarlos. Ser flexibles. No obligando. Insistir en que puedan estar en esos momentos de oración, sabiendo que la profundidad de oración será mayor o menor en cada uno. ¡Siempre estarán invitados! Sin embargo, las personas en sintonía con su fe tienen un valor diferente y especial. En ocasiones son ellos como voluntarios, quienes invitan a vivir los momentos de oración y la vida comunitaria. ¡Es increíble! Deben estar formados, por poca que sea la formación algo se siembra. Cuando el grupo se está preparando para vivir la experiencia ¡todo parece bien!, pero es en la ejecución cuando se vive la realidad. El grupo debe acompañar al voluntario.
12. Hermano Rufino, un mensaje para los que desean vivir la experiencia.
Sean generosos con su tiempo. Dedíquense a quienes viven en situaciones precarias. Estén dispuestos a escuchar mucho porque en esas realidades se aprende muchísimo. ¡Pierdan el miedo! Salgan de su zona de confort y de tenerlo todo. Agradezco al Distrito Centroamérica – Panamá por animarme y brindarme las experiencias. Si es posible, animo a Hermanos de mediana edad o los que están estrenando la jubilación a vivir el voluntariado. ¡Los animo a vivir la experiencia!