Voluntariado en Pozo Colorado, Paraguay

Tras 24 días conviviendo con los alumnos, profesores y comunidad de hermanos y hermanas finaliza nuestra experiencia en la escuela San Isidro Labrador de Pozo Colorado (Paraguay). Resulta difícil poner palabras y resumir todo lo que hemos vivido en este tiempo. Desde que llegamos nos han hecho sentir parte de esta gran familia, siempre han sido cercanos y nos han cuidado como a uno más. 

La vida en la casa de los hermanos siempre ha estado marcada por risas, anécdotas, chascarrillos, refranes, curiosidades, rarezas, mitos paraguayos,… mientras compartíamos ricos almuerzos y cenas preparados por Blanca, una magnífica cocinera y mejor persona que se ha encargado de que probáramos comidas típicas de la zona (poroto, chipa guazú, bori bori, locro…) sin olvidarse de la comida española para que nos sintiéramos como en casa.

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Los primeros días fueron muy emocionantes con la llegada de los niños y niñas que tímidamente nos saludaban, esos mismos niños que en cuestión de horas ya se nos abalanzaban para darnos abrazos que nos dejaban sin aire (literal) pero nos llenaban de vida.

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En estas semanas hemos compartido con los alumnos algunos de nuestros conocimientos a través de diferentes talleres, que con tanta ilusión preparamos en España. Algunos de ellos han sido: cuentacuentos, hábitos saludables, teatros creando sus propias marionetas, experimentos sobre el cuidado del agua, reciclaje mediante la implantación en la escuela de contenedores para separar los residuos, relaciones afectivas saludables, orientación vocacional y uso seguro de las redes sociales.





Pero, no solo nosotras hemos podido enseñar a los alumnos en los distintos talleres que habíamos preparado desde España, sino que ellos también han sido nuestros maestros intentando enseñarnos su lengua: el guaraní (con poco éxito jeje) y su forma de vida: el trabajo en el huerto, el cuidado de los animales, la importancia del agua, el taller de carpintería, la panadería, la lavandería… Cada día ha sido un aprendizaje, hemos compartido tiempos de juegos, de aula, risas, llantos, abrazos, enfados… 

Nunca olvidaremos esta experiencia con la que ya es nuestra familia chaqueña, tampoco nuestros paseos al atardecer por los Tajamares de la zona en busca de Yacarés (cocodrilos) asomando sus cabecitas fuera del agua. Esos atardeceres con un sol rojo fuego que bañaban las canchas de deporte donde los niños reían y jugaban como si el tiempo se parara.


Solo nos queda agradecer a Institución La Salle por ofrecernos la oportunidad, a Proyde por buscarnos un proyecto, a la Fundación La Salle Paraguay por acogernos y especialmente a la comunidad de hermanos de la escuela (Pozo Colorado) por habernos cuidado durante este tiempo. GRACIAS – AGUIYÉ.

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Fin del voluntariado en Kirenge, Ruanda

Cuando piensas en un voluntariado te vienen mil cosas a la cabeza, pero la realidad es que pocas cosas van a ser como imaginabas. La realidad siempre sorprende.
Durante estas semanas hemos forjado vínculos, hemos conocido las necesidades no solo del alumnado de la escuela si no de algunas personas que viven cerca de la escuela de Kirenge. Estas personas han compartido con nosotros los proyectos, algunos ya iniciados y otros que tienen en mente, para sacar adelante la escuela y con ello mejorar la calidad de vida de la zona. Uno de esos proyectos de mejora es el que tienen en la escuela en la que estamos: un “summer school”.
También hemos visitado dos escuelas más: La Salle Kigali, en la capital del país y dos escuelas en Byumba. La escuela ordinaria y el TTC de la Salle, donde se forman los futuros profesores y se les habilita para trabajar como profesores de infantil y/o de primaria. En esta última vimos algunos de los edificios que habían sido construidos por PROYDE.
Quedan pocos días para nuestra vuelta y solo podemos decir: Murakoze Cyane (muchas gracias).






Fin del voluntariado en Homa Bay, Kenia

Semana 3

Ya entramos en la recta final de esta increíble experiencia, y esta semana nos hemos dedicado fundamentalmente a terminar materiales para mejorar las dinámicas de las clases y a ver los ensayos de las actuaciones del “talent show” que se celebró el último día de clase, el miércoles 31 de julio. El día de la fiesta hubo desde un pase modelos con ropa incluso hecha por los propios alumnos, hasta bailes desempeñados con ropa típica de la tribu de esta zona (los luo), recitales en francés y demostraciones de taekwondo. 

Tras el almuerzo y antes de la entrega de premios, los voluntarios decidimos bailar una sevillana para ellos, y la respuesta fue muchas ganas de ver más e, incluso, de aprender, así que hasta llegamos a sacar a profesores y niños para bailar otra. Además, al finalizar todo y antes de ir en nuestra última ruta en furgoneta con ellos hasta sus casas, les regalamos a cada uno una peonza y un chupa chups, que fue recibido como una fiesta y un momento muy divertido jugando entre todos en el camino de vuelta.

El jueves salimos temprano hacia Karemeno para visitar a nuestros compañeros voluntarios de Madrid. Fue un viaje muy largo y llegamos para la cena, pero por el camino paramos a comer pizza en Nakuru y en un hotel que imitaba a un castillo tomamos un té con Mandazi, un dulce típico de aquí riquísimo. En Karemeno solo pasamos la noche del jueves y la mañana del viernes, pero nos recibieron con noche de karaoke y a la mañana siguiente aprovechamos para ir a un monasterio benedictino de la zona llamado “Bible on the ground”, donde podíamos ir leyendo fragmentos de La Biblia en carteles y pinturas a medida que recorríamos el recinto. Antes de la partida, los voluntarios nos hicieron un tour por las instalaciones del colegio que resultó ser bastante diferente a lo que estamos acostumbrados en Homa Bay.

De Karemeno volvimos a Nakuru para visitar el Parque Nacional, ¡donde pudimos ver todos los animales menos los leones por un pequeño accidente que tuvimos casi al final del camino al quedarnos atrapados durante tres horas con la furgoneta en un enorme agujero en un charco! Por suerte vinieron a arreglarla y pudimos volver sin problema, y ya tenemos otra anécdota que contar que siempre recordaremos riéndonos. ¡Finalmente volvimos el sábado después del almuerzo con muchas ganas de adentrarnos en la última semana!



Semana 4

¡Escribimos esta crónica ya camino a España! Estos últimos siete días han sido una montaña rusa tanto de sentimientos como de actividades; y es que, aunque ya esta semana estábamos de vacaciones en el cole, no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Por una parte, el lunes lo dedicamos a una charla-formación para los profesores con actividades, métodos y consejos para adaptar y actualizar la enseñanza en las aulas, y terminamos con una comida española gracias al jamón, chorizo, salchichón y queso que trajimos de España y unas tortillas de patatas increíbles que preparó la cocinera de nuestra casa. Y desde el martes hasta el viernes organizamos un “summer camp” por las mañanas para poder seguir viendo a los niños unos días más. Pusimos como tema central la película de Disney “Encanto” y organizamos una serie de actividades cada día en relación a esta; además, el viernes terminamos con una fiesta con polvos “holi” donde todos nos lo pasamos súper bien y despedimos nuestra estancia en La Salle Homa Bay de la mejor manera. 

En cuanto al fin de semana, lo aprovechamos para preparar las maletas y para despedirnos tanto de los hermanos como del personal de la casa y del colegio, teniendo nuestra última cena juntos viendo el atardecer en el lago Victoria en el mismo sitio donde lo vimos por primera vez.

Estas cinco semanas desde que salimos de Sevilla se nos han pasado volando, pero echando la vista hacia atrás no podemos estar más contentos, orgullosos y agradecidos por todo lo que hemos hecho y cómo hemos aprovechado el tiempo, y por cómo en el cole han acogido cada idea y cada actividad que les hemos presentado. 

Nos llevamos recuerdos que se quedarán grabados en nosotros para siempre, y ahora nos damos cuenta de cómo esta experiencia cambia la vida al que se atreve a vivirla, y de cómo los voluntarios acabamos recibiendo mucho más de lo que logramos dar. 

Nos vamos habiendo formado una familia, tanto entre nosotros 4 como con cada una de las personas con las que hemos tenido la suerte de convivir.

Ahora toca volver a casa con mil historias que contar a nuestras familias y con el corazón contento y lleno de alegría por esta semillita que creemos que hemos conseguido plantar en La Salle Homa Bay. 

¡Esto no es un adiós, es un hasta luego! 






Fin del voluntariado en Nuestra Señora de la Estrella, Guatemala

Recordar es vivir dos veces 

Ya estamos de vuelta. Cinco semanas después finaliza nuestra experiencia de voluntariado en Guatemala y sólo podemos decir GRACIAS. 

GRACIAS por la acogida de los hermanos de la Salle de la Casa de Formación San José, GRACIAS por el inmenso cariño de todos y cada uno de los niños de los colegios de Tierra Nueva y Nuestra Señora de la Estrella, GRACIAS a sus profesores por su entrega, y GRACIAS a PROYDE por regalarnos la experiencia más impactante de nuestras vidas.

En estas semanas hemos conocido cómo trabajan en ambos colegios, su capacidad para aplicar la imaginación y la creatividad en la docencia y brindar a los alumnos una oportunidad de aprendizaje de calidad. Lo pudimos comprobar día tras días, colándonos en sus clases, colaborando con el personal docente, organizado talleres de formación para padres y alumnos y participando en actividades tan extraordinarias, como la feria de matemáticas en la que los alumnos de tercero de básico de Nuestra Señora de la Estrella, ejercieron de profesores de todo el colegio. 



El deseo por aprender de estos pequeños es una demostración palpable de que una buena enseñanza no se basa en herramientas tecnológicas de última generación sino en implicar al alumno de forma activa en su propio proceso de aprendizaje.

En un país lleno de desigualdades económicas y sociales, donde la educación pública masificada, expulsa a los más vulnerables del sistema, experiencias como la de los colegios de Tierra Nueva y Nuestra Señora de la Estrella abren cada año una puerta a la esperanza a cientos de niños de zonas con altos índices de violencia y desprotección. Ambos centros son un oasis de tranquilidad, escucha atenta y comprensión, y una garantía de calidad formativa.  

Han sido días de vaivenes emocionales, un terremoto de sentimientos que se queda para siempre en nuestros corazones. GRACIAS por tanto.





Fin del voluntariado con las Hnas. Guadalupanas (Ruanda)

Pero qué bienafortunados somos…porque es afortunado/a aquel o aquella que tiene la suerte de encontrar felicidad en lo sencillo, en una sonrisa, en la gratitud, en la  bondad y en el trato cercano con las personas con las que convive. Y esa es la realidad de Alex, Hermano Santi y Cati. 

Quince días más, los últimos, de un total de treinta, instalados en Ruanda, disfrutando de un proyecto de voluntariado internacional con las Hermanas  Guadalupanas de La Salle ¿Cómo podríamos resumir en unas breves líneas lo trabajado, experimentado y vivido durante esta segunda mitad del mes? Difícil tarea, ya que la magnitud de la realidad  del día a día es tal, que ser breve es dejar atrás muchos matices importantes. 

Siguiendo la tónica marcada desde nuestra llegada, el quehacer diario comienza a las 5:30 de la mañana. Desde el alba y hasta el ocaso, comenzando con la oración de las 6:00, es un no parar  entre compartir las tareas domésticas de limpieza y cocina, así como preparar y  desarrollar las actividades que trabajaremos a lo largo del día tanto con los niños  como con las Hermanas. Álex y Cati, durante las mañanas, hemos atendido a una media de 120 niños/as con  edades comprendidas desde el año y medio hasta los 15 años. Al mismo tiempo, el  Hno. Santi se dedica a instruir a las hermanas en diversos conceptos y ejercicios prácticos que les puedan servir en la tarea docente de los niños de la escuela. Juegos educativos, canciones, colorear, manualidades varias, ejercicios sencillos de  inglés, entre otras actividades, ha sido la batería de recursos didácticos que ha  configurado la sesión diaria de aprendizaje y entretenimiento con el alumnado del  centro. Igualmente, con doble sesión diaria, mañana y tarde, entre los tres voluntarios, ha  sido bastante amplia la diversidad de tareas desarrolladas con las religiosas. A destacar, manualidades en papel, en tela, canciones, sopas de letras, adivinanzas,  estudio de verbos, curso de primeros auxilios, cultura general tanto africana como española y recetario de cocina, entre otras. En todo momento, con estas últimas, las hermanas, el principal objetivo que ha  llevado aparejado cada actividad ha sido el aprendizaje de la lengua española, aunque  también se ha procurado que conocieran dinámicas/metodologías nuevas a aplicar en  el aula con el alumnado.


Diariamente, con el rezo de laudes a las 6:00 de la mañana y vísperas a las 18:00 horas, hemos compartido momentos importantes de oración en la capilla. Principalmente, a través de la declamación del rosario, adoración al Altísimo y  eucaristía los martes, jueves, viernes y domingo en diferentes lenguas…francés,  kinyarwanda e inglés. Incluso nos agasajó con una visita a la casa de las Hermanas, el Sr. Obispo, Monseñor Baltasar, celebrando Eucaristía, posterior cena y entretenimiento con nosotras y las hermanas. Aprovechamos la ocasión, además, para despedir a la Hermana Gudule, de origen malgache, a quien envían a Burkina Faso. Destacamos su actitud optimista ante este compromiso y la sonrisa, bailes y cantos que acompañaron su  despedida, tras cerca de 6 años de misión en este país. 

Llegado el fin de semana, cada sábado, nos han regalado un paseo por la geografía  ruandesa, teniendo así la oportunidad de conocer más de cerca la riqueza cultural y  paisajística del país. Eso sí, aprovechando para visitar a las comunidades de  hermanos de La Salle instaladas en estas tierras. Concretamente, en esta segunda mitad del mes, hemos tenido la oportunidad de  conocer de cerca y compartir un rato distendido de convivencia, con la Comunidad  de Hermanos de La Salle ubicada en Rukomo, noreste del país, y la Comunidad de Kigali, la capital, concretamente situada en el distrito de Gahanga. 

Pero claro, hay una parcela que aún no se ha resaltado; la convivencial. Qué suerte, lujo más bien, hemos tenido al disponer de 24 horas diarias de exquisito  trato y armonía, durante más de 30 días, con la Comunidad de Hermanas Guadalupanas de La Salle. Las tertulias en todas las comidas y descansos, momentos de juego, de compartir  bailes tradicionales ruandeses y españoles, curiosidades e inquietudes múltiples,  risas, complicidad, confianza, cariño, admiración, respeto, … son los “extras” que la  familiaridad diaria nos ha dado la oportunidad de disfrutar. Cada día ha primado todo tipo de gestos y detalles para que nuestra estancia fuese  lo más agradable y entrañable posible. Y así nos hemos sentido en todo momento. Incluso, el día 25 de Julio, Día de Santiago Apóstol, sorprendieron y felicitaron al  Hno. Santi con una mención especial en la misa celebrada esa mañana,  así como con un canto y ramo de flores en el desayuno. 


Como pre-finalización de nuestra estancia y asistencia del alumnado al centro,  celebramos una exposición con los trabajos realizados por las hermanas y los chicos y chicas participantes. Los primeros espectadores, el profesorado de la escuela,  disfrutaron y apreciaron muchísimo las explicaciones ofrecidas por las religiosas, en  las que quedó constancia el resultado de las sesiones trabajadas en clase.

Metidos ya en el último fin de semana, asistimos a la Catedral, participando de la  Eucaristía celebrada en esa misma mañana. Intensísimo y emocionalmente, fue el último domingo compartido con todas las hermanas. En el desayuno, con flores, velas encendidas y cánticos sorprendieron y felicitaron a  Cati por su cumpleaños, un momento emotivo e inolvidable. A mediodía, después de disfrutar de una buena comida, nos regalaron unas palabras  cargadas de cariño, obsequios múltiples, entrega de diplomas y canciones con sus  correspondientes danzas africanas. 

Días complejos, estos últimos… se nos termina la estancia y queremos aprovechar hasta el último segundo para seguir impregnándonos de su bondad, simpatía, alegría,  humildad y generosidad. 

Como fin “de fiesta”, cerramos la jornada del lunes con diversas actividades organizadas para los niños. Bailes, gymcana, juegos con globos, caramelos…y, sobre todo, inmensas muestras de cariño que sellan el enorme afecto que hemos  compartido. Como dice la canción, más o menos, tanto con los niños como con las Hermanas, nos han robado el corazón… ellos se quedan y nosotros nos marchamos… nos vamos llenos  de AMOR fraterno… esperamos que algo de nosotros también haya calado en su  corazón. 

¡¡¡QUÉ VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES… POR SIEMPRE!!!




Fin del voluntariado en PRODESSA, Guatemala

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Todo viaje es la suma de muchos viajes. No es sólo el trayecto de ida y vuelta a algún lugar, sino  todos aquellos viajes que se hacen en medio de él… y también los que hace cada persona que lo  realiza.  En nuestro caso, este viaje es la suma de cuatro viajes: el de Auxi, Carmen, Raúl y Natalia… y  todos los que cada uno de nosotros hemos recorrido en esta experiencia.  PRODESSA 2024 es la historia de todos esos viajes. Y también de todas las historias que hemos ido  conociendo entre destino y destino.  

Dejamos nuestra primera crónica en Rabinal, donde finalizamos nuestra estancia compartiendo la  semana con el equipo de salud dental de PRODESSA, visitando algunas escuelas de Baja Verapaz  (Salamá, Rabinal…) recordando a los docentes y a los niños y niñas las Jornadas de Salud Dental  que se iban a celebrar y entregando material para el cepillado de dientes. Alondra y Lorna fueron  nuestras compañeras esa semana, a las que se sumaron dentistas daneses de la ONG “Salud dental  sin fronteras”, traductores de Guatemala y Binel y Cristina de PRODESSA, preparados para iniciar,  el lunes 22 de julio, las jornadas de salud dental (con extracciones de piezas incluidas). Fue muy  interesante poder participar el primer día y ver todo el trabajo desarrollado por los dentistas, que  trataron a los niños y niñas con mucha cercanía y humanidad.  

De regreso a Ciudad de Guatemala pudimos conocer Antigua Guatemala, compartir momentos con  la Comunidad de Hermanos de La Salle de allí y descubrir una de las ciudades más bonitas del país,  además de disfrutar de algunos ratos de encuentro y testimonio con alumnos y alumnas del colegio  La Salle de Antigua Guatemala. Nos encantó conocer algunas vivencias del Hermano Pedro en  Guatemala (es español, de Cataluña, aunque ha pasado casi toda su vida en centro América) y poder  pasar algunos ratos con los hermanos.  


Además, hemos tenido la suerte de pasar un fin de semana de convivencia con nuestros compañeros  de PROYDE Noroeste, que han estado también en Guatemala en otro proyecto. Acompañados por  los hermanos Efraín y Francisco, descubrimos otra de las maravillas del país: el Lago Atitlán, que  nos dejó a todos con la boca abierta por su belleza. Allí pudimos descubrir el “Cerro del oro” que  inspiró la famosa imagen de la boa que traga un elefante de “El Principito” de Antoine de Saint Exupéry, ¡una chulada!  

Terminamos nuestra estancia en Guatemala con un gran regalo:  pasando unos días en el colegio Tierra Nueva de “La Salle”, donde el primer día nos dieron una  calurosa bienvenida. Todas las personas que forman parte de la Escuela (niños y niñas, profesores y  profesoras, madres y padres, demás trabajadores) nos han hecho sentir en casa desde el principio.  Nos quedamos con el cariño y la cercanía recibida… eso nos lo llevamos en nuestros corazones  para siempre.  

Queremos dar las gracias a todos los trabajadores de PRODESSA (Binel, Cristina, Jessica, Sheyli,  Cristian, Alondra, Lorna, Aylin) que nos han acompañado de una u otra manera en este viaje; al  Hermano Francisco por el tiempo que ha podido dedicarnos en medio de todos sus quehaceres; a la  Comunidad de Hermanos de la Antigua Guatemala por su hospitalidad y cercanía y al colegio por  permitirnos compartir con algunas clases nuestro testimonio; a la Escuela La Salle “Tierra Nueva” por “apapacharnos” (llenarnos de abrazos) y hacernos sentir en casa; y finalmente a Guatemala y a  su gente por el trato que nos han dado y por ayudarnos a sentirnos parte de este gran país… un  trocito de Guatemala se viene con nosotros a España. GRACIAS.  

Auxi, Carmen, Raúl y Natalia.

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Primeras semanas de voluntariado en Costa Rica

Semana 1

Ya hace una semana que llegamos a Costa Rica, concretamente a Amubri, un poblado indígena situado al sur del país, cerca de la frontera con Panamá. Durante meses hemos estado preparando nuestra llegada, con la ilusión misionera de aportar lo que tenemos y sabemos como personas y maestras.

Ha sido una primera semana llena de cambios, ilusiones y sorpresas. Después de un largo viaje, nos instalamos en la comunidad de los Hermanos de La Salle en Amubri, acompañadas del Hno. Lesberth y Stephanie, una misionera nicaragüense. Ambos, nos han recibido con mucho cariño y nos han ayudado a conocer mejor la labor y misión que vamos a realizar durante este mes. También compartimos nuestro día a día con el Padre Luis Roberto y el Padre Francisco, que nos han acogido con los brazos abiertos, como parte de su familia.

Dado que es la semana festiva del patrón del pueblo, Santiago Apóstol, hemos ayudado en la organización de actividades parroquiales en las que participa el pueblo. 

Ya hemos conocido la escuela de Namuwoki, donde vamos a colaborar diariamente como docentes, ofreciendo apoyo escolar a los alumnos. Es una escuela construida entre montañas, toda hecha de madera, con espacios abiertos y verdes, donde los niños aprenden y juegan. Para poder acceder a ella se deben cruzar dos ríos y caminar una hora aproximadamente.

Nos sentimos muy emocionadas de estar conociendo un estilo de vida y una cultura diferente a la nuestra. Estamos aprendiendo a vivir el día a día, desprendiéndonos de nuestras preocupaciones y enfocándonos en nuestra misión.

Esperamos de esta experiencia volver con el corazón lleno de todos los momentos que viviremos y de todas aquellas personas que formarán parte del proceso.

Claudia, Paula y Coloma.



Semana 2

Ya hemos alcanzado la mitad del tiempo en nuestra misión. Se ha iniciado la cuenta atrás para volver a casa, aunque todavía nos quedan por vivir muchos días llenos de experiencias.

A lo largo de los días, hemos aprendido a adaptarnos al estilo de vida del lugar. Encontramos variables que influyen directamente en la vida diaria de la gente y que, hasta el momento, nosotras no habíamos tenido en cuenta en nuestras vidas. El estado meteorológico influye directamente en los planes. Si llueve y el río crece, no podemos ir a la escuela, por ejemplo. Eso nos ha enseñado a relajarnos y a no planificar tanto nuestra vida, teniendo en cuenta que hay cosas que no podemos controlar. A ir sin horario, sin tiempo, adaptándonos al momento cada instante.

Hemos tenido la oportunidad de ofrecer clases particulares a niños de la comunidad de Amubri, colaborar activamente con la parroquia, impartir clases de música, e incluso trabajar con las Hermanas de la Caridad en la elaboración de actividades.

Esperamos poder disfrutar las semanas que nos quedan de voluntariado de la misma manera que las anteriores.




Primeras semanas de voluntariado en Kirenge, Ruanda

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Tras 12 horas de viaje llegamos a nuestro destino, Kigali, la capital de Ruanda, donde nos recogió el hermano Julien y nos llevó a la comunidad que sería nuestra casa durante un mes y en la que desde el primer momento nos han hecho sentir parte de ella.

Al día siguiente, fuimos al colegio, nos enseñaron las instalaciones y tuvimos el primer contacto con los profesores y el alumnado. Aquí comenzó el choque de realidad junto a una mezcla de sensaciones y emociones.

El proyecto en el que participamos es un “summer school” cuyo objetivo es mejorar el nivel de inglés de los estudiantes con diferentes actividades. De lunes a viernes estamos en la escuela de 8h a 14h. Nos han dividido por niveles: Carolina y Paula en infantil, Arturo en primaria y Cristina en secundaria. Nuestra labor en el aula es acompañar y complementar la labor docente con propuestas y metodologías que solemos aplicar en el aula en nuestro día a día.

Cuando no estamos el colegio pasamos parte del tiempo con los hermanos intercambiando pasatiempos como juegos de mesa, aprendiendo algunas palabras en Kinyarwanda, el idioma del país, y ellos en español.

Murabeho.





Primeras semanas de voluntariado en Homa Bay, Kenia

Semana 1

Ya ha pasado nuestra primera semana en Homa Bay, Kenia, y además de habernos sumergido de lleno en la rutina del colegio y la vida con los niños por el día y con los hermanos Antone y Joseph por la noche, también hemos disfrutado de nuestras primeras experiencias locales y fuera de La Salle que aún nos parece increíble estar viviendo, como el haber visitado y cocinado en casa de Aska, una trabajadora del colegio, y toda su familia; entrenar cada tarde con Japhet, o el simple hecho de ir a misa en un lugar con costumbres tan diferentes a las nuestras.

Pese a que nos encontramos muy lejos de nuestra casa, aquí hemos tenido una acogida, una hospitalidad, una energía y buen humor que nos hace sentir a gusto, bienvenidos y también como si siguiéramos pasando noches de verano en Andalucía.

En cuanto al cole y la comunidad, estamos en un centro de sólo tres años de antigüedad y al que le queda mucho por hacer, y está siendo un verdadero gusto haber encontrado a dos Hermanos y a un claustro de profesores tan abiertos y tan dispuestos a las ideas e iniciativas que traemos de nuestra experiencia y nuestros colegios; es por eso que, nada más llegar, ya hemos puesto a los niños a trabajar en cooperativo, hemos ordenado las clases y los materiales al darnos cuenta de que no están acostumbrados a usar estanterías o armarios para reducir el ruido visual, y en su lugar hemos añadido rincones de asamblea, horarios visuales con dibujos para los niños y posters llenos de colores y utilidad para el aprendizaje.



Semana 2

Durante esta segunda semana, a petición del hermano Antone, el director del colegio, hemos dejado un poco de lado el dar clase para ponernos a tope a terminar todo el material para cada una de las 10 clases: cartelería nueva, horarios visuales, dinámicas diarias para aprender vocabulario y matemáticas… ¡todo dibujado a mano en cartulinas y plastificado con papel celo! Los profesores han apodado este proyecto en el que estamos embarcados como una “revolución”, es una pasada para nosotros ver lo agradecidos y lo emocionados que tanto maestros como alumnos nos cuentan que están para con nosotros.

Además, esta semana ha sido la última completa lectiva, puesto que aquí el segundo trimestre acaba este miércoles 31 de julio, así que el viernes terminó siendo un día de juegos, en el que compartimos una misa con todo el colegio a primera hora de la mañana y después los profesores y voluntarios organizamos varias actividades y bailes tanto para los niños como para nosotros. 

Y para rematar la semana, el sábado fuimos a nuestro primer safari en Ruma National Park, donde vimos jirafas, zebras y un antílope único en toda África; y los voluntarios de PROYDE Madrid que están en La Salle Karemeno vinieron el domingo para pasar el día y conocer el colegio, y juntos cogimos un autobús acuático por el lago victoria para ver varias de las islas cercanas a Homa Bay. 






Poblaciones indígenas en Ecuador

En la región del Cantón Morona, en la Amazonía ecuatoriana, existen comunidades indígenas como los Shuar y Achuar. Cada una de estas comunidades habla su propio idioma y tiene tradiciones únicas que reflejan la rica diversidad cultural del país. La cultura indígena en Ecuador es rica y diversa, de hecho existen más comunidades indígenas repartidas por todo el país y todas comparten una relación profunda con la tierra y la naturaleza. Las tradiciones de estas poblaciones incluyen festividades, música, danzas y artesanías, que son expresiones artísticas de profundo significado espiritual y comunitario.

Los Shuar y Achuar son dos grupos distintos aunque comparten algunas similitudes culturales y lingüísticas, por ejemplo, ambos hablan variantes del idioma Jivaroan. Entre ellos, las diferencias culturales pueden existir en prácticas ceremoniales, organización social, y modos de subsistencia, aún así hay muchas similitudes debido a la proximidad geográfica y cultural.


Las poblaciones indígenas de la región enfrentan múltiples desafíos, que en muchos casos son comunes a los de otras poblaciones indígenas ubicadas en otros lugares del planeta:

  • Muchas comunidades carecen de acceso regular a servicios de salud y educación, perpetuando ciclos de pobreza y exclusión.
  • Preservación cultural. Mantener vivas sus tradiciones y lenguas frente a la globalización es una batalla constante.
  • Las actividades mineras amenazan sus tierras y su modo de vida sostenible.
  • Las mujeres indígenas enfrentan dobles desafíos, discriminación de género más adversidades étnicas y sociales.
  • La deforestación y otros impactos ambientales han reducido las fuentes tradicionales de alimento.
  • El acceso es limitado, con escuelas frecuentemente faltas de recursos.
  • Oportunidades económicas escasas obligan a subsistir en condiciones precarias.
  • Enfermedades gastrointestinales, causadas por la mala calidad del agua.

 

La gestión política de la diversidad indígena es compleja y enfrenta muchos desafíos. En Ecuador en concreto, existen organismos y leyes dedicadas a la protección de los derechos indígenas, pero la implementación efectiva de estas políticas es un proceso continuo y a veces problemático. Un gran avance es que hay representantes indígenas en el gobierno y se han creado instituciones como la Secretaría de Pueblos, Nacionalidades y Movimientos Sociales para abordar sus necesidades y derechos. Aún así, todavía queda mucho por hacer para que los desafíos de los que hablábamos antes desaparezcan.



En esta región, la Fundación Atasim hace una gran labor con estas comunidades amazónicas, centrándose en la conservación de su rica biodiversidad, el desarrollo económico equitativo, la preservación de su invaluable herencia cultural y la promoción de la innovación tecnológica amigable con el entorno. En PROYDE hemos empezado a trabajar con ellos recientemente en un proyecto centrado en la promoción de las mujeres indígenas y campesinas para fortalecer sus capacidades y aumentar su participación en la vida social y política ¡Más adelante te contaremos cómo va!